divisar a lo lejos tu figura,
reconocer tu cara entre la gente,
ver que te acercas,
que cruzas la calle y me sonríes,
sentir tu beso en mi mejilla,
tenerte junto a mi en la mesa
disfrutando tú, tu té con limón
y yo mi café expresso,
todo eso mi amor,
no tiene precio.
tu mirar acariciante, profundo, bondadoso
el sosegado decir sin exigencias
la forma gentil de trasmitir lo que deseas
y tus caricias mínimas, cariñosas
que dicen mas que mil frases melosas
tiene el efecto destructor de mil cañones
en mis serias espinosas negativas,
en mis no convencidos
en mis amuralladas caducas estructuras,
en todas mis defensas invencibles.
Entonces, quizás sin proponértelo,
las vuelves polvo, y quedo a tu merced, sin salvación,
indefenso, desarmado, prisionero,
enamorado.
quedo resonando
en todos los ambientes,
como un eco infinito.
(Aun hoy lo siento)
en todos los sentidos,
recuerdos, rencores, sentimientos,
dolores y finales:
(FIN-THE END-FINE-FINI)
nos comenzó a crecer distancia,
y se hizo enorme. (Insalvable, ya.)
Estamos, pero no estamos, por eso:
FIN-THE END-FINE-FINI. (Mejor.)
Dos tazas de café vacías,
con borra en el fondo.
El cenicero lleno
de puchos apretados,
algunos con tu huella en rojo,
mínimo recuerdo
que perdura.
Unas pocas servilletas de papel
usadas,
arrugadas junto al plato vacío,
el pincho con el ticket pago
y la propina al lado,
dos sillas alejadas
asimétricamente.
Solo eso,
nadie,
nada,
una isla triste
y silenciosa
en el ojo del huracán brutal
que es el boliche,
a esa hora de la noche,
lleno de gente
hasta la boca.
despidiéndose,
entendí todo lo que me iba a faltar,
al no tenerte
y egoísta intenté
que regresaras.
(Allí recién vine a descubrir
que estabas,
pero hacía muchísimo tiempo,
te habías ido,)
Al fin, quede como el del tango:
"...la ñata contra el vidrio,"
solitario.
tras los vidrios mojados
veo el viejo perro labrador abandonado,
aullando como sus ancestros
guarecido bajo un frondoso árbol
en la noche fría y lluviosa del invierno.
Al noble animal
no le molestan las inclemencias del tiempo,
ni el hambre, ni el cansancio.
Le pesa la soledad,
lo enferma la tristeza,
le duele el abandono traidor,
premeditado,
de aquel humano que creía su amigo,
aquel que era su amo.
la considero
una victoria personal.
Por eso levanto mi copa
por nosotros...¡salud!.
- lo sabes bien –
pero quiero decirte que te quiero,
y por mas que pienso y pienso
no encuentro la manera.
(¿Quizás secreteándote,
que el no verte
me resulta insoportable.?)
No se.
Sigo tomando mi café.
Sigue mi indecisión,
siguen mis dudas.